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Lula prioriza la pobreza en G20 y excluye debates sobre la guerra

El presidente brasileño enfatiza la necesidad de abordar la pobreza, el hambre y la desigualdad social en la cumbre del G20, evitando debates sobre conflictos bélicos para centrarse en una agenda que favorezca a los «invisibles del mundo».

Lula da Silva enfoca la cumbre del G20 en la lucha contra la pobreza y el hambre

Río de Janeiro, Brasil. — En una decisión sin precedentes, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dejó claro que el conflicto bélico global no será el tema central de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20), que se celebra desde este lunes en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. “Decidí no traer la guerra al G20, porque de lo contrario no discutiríamos otras cosas que son importantes para otras personas que no están en guerra y que son el pueblo pobre”, afirmó Lula en declaraciones a los medios. Con estas palabras, el mandatario marcó su postura de abordar los temas de pobreza, hambre y desigualdad social en lugar de concentrarse en conflictos militares.

Para el presidente brasileño, el objetivo principal de esta cumbre es visibilizar a los «invisibles del mundo», aquellos que, según sus palabras, «pasan hambre, son despreciados y son víctimas de la desigualdad racial y de género». Esta decisión resalta la visión de Lula sobre el G20 como una plataforma para tratar problemas sociales y económicos de alcance global, más allá de las tensiones entre las grandes potencias.

Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza: la apuesta brasileña

Entre las iniciativas impulsadas por la presidencia de Brasil, destaca la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Esta propuesta pretende crear una red de cooperación internacional que permita implementar políticas públicas efectivas en la transferencia de ingresos y el fortalecimiento de la agricultura familiar. La iniciativa cuenta ya con la adhesión de al menos 37 países, entre ellos Alemania, la mayor economía de Europa, lo que evidencia el interés y el apoyo internacional hacia una solución global para la pobreza.

Los objetivos de la Alianza son ambiciosos: llegar a 500 millones de personas con programas de transferencia de ingresos, aumentar las comidas escolares para 150 millones de niños y ampliar el acceso a servicios de salud para 200 millones de mujeres y niños. La implementación de estas metas representa un esfuerzo colosal, no solo para los países participantes sino para el sistema global de ayuda humanitaria y cooperación económica, un enfoque que el presidente brasileño considera crucial en la agenda del G20.

Hacia una gobernanza global más inclusiva

Otro de los temas clave que Brasil pretende impulsar en esta cumbre es la reforma de la gobernanza global. En línea con estas propuestas, António Guterres, secretario general de la ONU, abogó por una modernización de la estructura del Consejo de Seguridad, argumentando que la actual composición refleja un «mundo viejo» y no es representativa de la realidad geopolítica contemporánea. Brasil, como uno de los países líderes en Latinoamérica, también ha reclamado una mayor voz en estos organismos para representar mejor los intereses de las economías emergentes.

Para Lula, reformar estas instituciones no es solo una cuestión de justicia, sino una necesidad para enfrentar de manera adecuada los desafíos actuales, entre ellos la pobreza, la desigualdad, y la inseguridad alimentaria. La diplomacia brasileña confía en que esta cumbre del G20 permita abrir un diálogo que conduzca a cambios en los foros internacionales, fortaleciendo así una gobernanza global más justa y democrática.

Transición energética y desarrollo sostenible en la agenda

Brasil también ha puesto sobre la mesa temas relacionados con la transición energética y el desarrollo sostenible, áreas en las que el país tiene gran potencial debido a su abundancia de recursos naturales y experiencia en energías renovables. Este enfoque se alinea con la creciente preocupación global por el cambio climático y la sostenibilidad, que también son prioridad para la presidencia brasileña del G20. Lula ve en esta cumbre una oportunidad para consolidar el papel de Brasil como líder en sostenibilidad y desarrollo energético limpio.

Una cumbre multilateral con líderes de todo el mundo

El evento reúne a jefes de Estado y delegaciones de 42 países, entre los que destacan el presidente de China, Xi Jinping; el francés Emmanuel Macron; el argentino Javier Milei; el primer ministro de la India, Narendra Modi; el presidente de EE.UU., Joe Biden; y la mandataria de México, Claudia Sheinbaum. La delegación rusa, por su parte, está encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ante la ausencia de Vladímir Putin. También asistirán líderes de organismos internacionales como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Una cumbre enfocada en los desafíos humanos globales

Esta cumbre del G20 en Brasil marca una diferencia significativa en el enfoque de la agenda. Lula da Silva se presenta como un líder comprometido con los problemas sociales y dispuesto a usar su influencia para impulsar una transformación en el sistema global. Al centrar los debates en temas como el hambre, la pobreza, la igualdad y el desarrollo sostenible, Lula está llevando a la cumbre del G20 hacia una agenda más humana, en la que los conflictos bélicos no son el único foco de atención.

Así, la presidencia brasileña del G20, bajo el liderazgo de Lula, parece estar orientada a reforzar una visión del mundo que prioriza la dignidad y los derechos de aquellos que, a menudo, quedan fuera del foco de las decisiones internacionales. Esta cumbre se perfila como una plataforma para una política exterior más inclusiva, que apuesta por la cooperación en el combate a la pobreza y la construcción de un futuro sostenible para todos.

Por Orlando J. Gutiérrez

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