El verdadero significado de la lucha por la justicia en México
Arturo Zaldívar desafía la narrativa de la derecha: ¿Es realmente sobre «perder la Corte» o se trata de perder privilegios y tráfico de influencias?
En medio de un ambiente político polarizado, la figura del ex-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, emerge como una pieza clave en el debate sobre el futuro de la justicia en México. Sin embargo, su liderazgo ha sido objeto de una intensa campaña de desinformación por parte de sectores de la derecha, quienes afirman, falsamente, que su propuesta de reforma judicial conducirá a la pérdida de la independencia de la Corte.
En realidad, más allá de la retórica alarmista, la verdadera lucha no se centra en «perder la Corte», sino en perder los privilegios y las redes de tráfico de influencias que han sido característicos del sistema judicial mexicano. El temor arraigado en ciertos sectores políticos no es la pérdida de una institución, sino la pérdida de su influencia y control sobre la misma.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) han sido protagonistas históricos en la configuración de este sistema de privilegios, donde las élites políticas y económicas han encontrado un terreno fértil para proteger sus intereses. La resistencia a las reformas propuestas por Zaldívar no es, entonces, una defensa de la institucionalidad, sino un intento desesperado por preservar un status quo que ha perpetuado la impunidad y la desigualdad.
La sociedad mexicana, sin embargo, demanda un cambio. Las voces que han clamado por una justicia verdaderamente imparcial y accesible para todos y todas no pueden ser ignoradas. La propuesta de reforma integral de Zaldívar no busca erosionar la independencia judicial, sino fortalecerla, garantizando que la justicia no sea un privilegio reservado para unos pocos, sino un derecho fundamental al alcance de todos los ciudadanos.
En este sentido, la verdadera batalla no es entre conservar o perder una institución, sino entre mantener un sistema que ha excluido a amplios sectores de la sociedad y construir uno que realmente responda a las necesidades y demandas de la población. Es hora de dejar atrás los viejos esquemas de poder y construir una justicia que esté verdaderamente al servicio del pueblo.
La figura de Arturo Zaldívar representa, en este contexto, un llamado a la transformación y la renovación. Su liderazgo desafía los intereses establecidos y se alinea con la voluntad popular de construir un México más justo y equitativo. La desinformación y la guerra sucia pueden intentar desacreditarlo, pero su compromiso con la justicia y la democracia permanece firme.
Por Orlando J. Gutiérrez